martes, 6 de octubre de 2015

Depílate guarra

Desde bien pequeñas tenemos asumido que cuando entremos en la preadolescencia comenzaremos a depilarnos, es algo que no te cuestionas, es uno de los pasos de hacernos mayores, quitarnos los pelos que van a empezar a salir en nuestro cuerpo, algo completamente natural al fin y al cabo. Las mayores se depilan, y es hasta algo divertido, según los anuncios de la tele, además hay opciones para todos gustos y precios.

Recuerdo que tenía unos 12 años, y llegó ese primer día de primavera en el que ya usas prendas cortas debido a la calor, faldas, vestidos o shorts, al gusto de cada una vaya. Me había comprado mi madre la famosa crema depilatoria Veet, ella no quería que la usara, me decía que eran suaves, que me los recortara y ya me daria el sol, que con esa crema me saldrían más y más fuertes. Yo no le hice caso (cuántas veces me arrepiento de ello) yo no podía permitir llevar un sólo pelo en mis piernas, daría asco a la gente. Desde el verano anterior llevaba pelitos en las axilas, y la gente me había hecho comentarios burlescos, que me habían hecho sentir mal, así que este verano no pensaba llevarlos, y quería quitarme los de las piernas.

Pasé varios años a base de cuchillas y cremas depilatorias, además es que era peluda (y aunque sorprenda no es una mala palabra), pero me apañaba para que no se me viera un pelo y no perder mi “feminidad”.

Mi calvario con los pelos comenzó a los 18 años, ya no era un bello controlable, en unos pocos meses mi tripa, mis ingles, mis piernas y mi trasero tenían mucho pelo, y un pelo fuerte, en algunas zonas parecía púbico. Me cogí asco, no me podía mirar a mi misma, parecía un HOMBRE, un OSO, una MARIMACHO. Se juntó con una época bastante asexual, ni ligaba ni quería ligar, había salido de una relación bastante larga y tóxica, sólo quería divertirme con mis amigas, no quería saber nada de chicos. Aún así, en dos años con los tres tíos que me lie lo pasé realmente mal, no quería que vieran mi cuerpo peludo, me repudiarían. Siempre andaba tapándome, me pegué dos veranos sin ir a la piscina (me encantaba y me encanta ir), tenía pánico de que alguien viera como era realmente, no parecía una VERDADERA MUJER.

El segundo verano de mi época yeti (me gusta denominarla así cariñosamente) se lo conté a mi madre, no le había dicho nada, y eso que tenemos una relación genial, pero hasta vergüenza me daba que ella viera mi cuerpo peludo. Se lo conté porque no podía más, había dejado de depilarme, ya que las cremas y las cuchillas eran contraproducentes, aumentaban mi vello, comenzaba a salir al día siguiente y además me causaban irritaciones y picores (tengo la piel muy sensible y el pelo era realmente fuerte), y ya no podía más del asco que me daba.

Mi madre intentó convencerme para ir a una esteticién, ya que no nos podíamos permitir económicamente el láser, allí me quitarían el pelo bien y sería mas duradero. Yo me negué. No podía consentir que alguien me viera así, antes prefería que me tragara la tierra. Ella hizo todo lo que estuvo en su mano para solucionarlo. Primero lo intentó con la cera, un par de veces cuando era más cría fuí a dos centros de estética diferentes y me habían hecho muchísimo daño, tengo el umbral del dolor bajísimo, y tenía pánico de volver a intentarlo con la caliente. No podía soportarlo, en zonas usábamos caliente, en otras fría, pero sangraba, era un pelo muy fuerte y mi madre no sabía depilarme bien y daba los tirones mal. Fueron experiencias verdaderamente torturadoras. Me compró una de estas maravillosas máquinas que anuncian, que parece por el anuncio que en vez de arrancar el pelo de raíz te va a dar un masaje relajante, que lleva hielo y de todo... ¡y una mierda! Soy demasiado sensible para esa máquina de tortura lo siento.

Se acercó el verano de los 20, y yo no quería más experimentos mortales caseros, y mi madre se negaba también, ella sufría porque veía que me hacía daño. Me convenció para ir a una esteticién, había ido a hablar con ella y le había hablado de mi complejo por el exceso de pelo, de lo fuerte que lo tenía y de mi poco aguante al dolor. Me decidí a ir, muerta de vergüenza, pero fui con mi madre.

A la vez, antes de que llegara el verano, mi madre vino conmigo al médico de cabecera y le comentó “el problema”, pues yo no podía ni verbalizarlo. El me mandó a ginecología, me hicieron análisis y vieron que tenía un desajuste hormonal, que padecía un HIRSUTISMO LEVE. Me mandaron a endocrinologia y comencé a probar bastantes tipos de medicamentos hormonales.

Yolanda, la esteticién, resultó un amor de persona. Me ha ayudado muchísimo a superar mi complejo, y me depila con muchísimo cuidado. Mentiría si dijera que no me hace mal, pero lo puedo soportar, y ella tiene mil atenciones. Gracias a ella, empecé a volver a mirarme, y el verano de los 20 volví a la piscina, y a no darme asco a mi misma, comencé a quererme de nuevo.

La medicación que llevaba cinco meses tomando me rebajó enormemente los niveles de vello, y los médicos me han dicho en varias ocasiones que si la dejo de tomar, volveré a tener los mismos pelos que antes, que es algo crónico, para toda la vida, y que aunque me haga el láser me volvería a salir.

Pero cuando llegó el feminismo a mi vida, comenzó a darme rabia todo esto, la solución ya no me parecía suficiente.

¿Por qué tenía que gastarme 25 euros al mes en medicación para frenar a mis hormonas “masculinas? No me repercuten negativamente en mi salud, simplemente me sale pelo, y el pelo no es malo joder, es mala la mirada de la gente hacia el vello femenino, no el vello en sí mismo.

¿El sistema no puede tolerar que biológicamente me salga de los normas hormonales o qué pasa?

¿Por qué tenía que ir cada mes y medio a dejarme 30 pavos para que me hagan daño, para sentir miedo, para marearme y estar dos días con la piel fatal?

¿Porque las mujeres no podemos tener pelo verdad? Eso es de guarras, eso es de hombres.

Cuando me puse las gafas moradas me di cuenta de que no podía ni quería seguir con ese sufrimiento y ese gasto, de que tenía que ser posible quererme y verme bien con pelos, de que quería aceptarme tal y como era.

En mayo de este año dejé la medicación, ya llevo un año que me depilo las axilas muy de vez en cuando, me ahorro irritaciones, picores y granos, y lo mejor de todo es que me veo bien con mis sobacos peludos, me siento a gusto conmigo misma. El resto del cuerpo me está costando más. A lo largo de este año ando muy relajada, en vez de ir cada mes y medio he ido cada tres meses o así, cuando ya llevo bastante pelo y ya me veo mal, pero cada vez mis visitas a la esteticién son más espaciadas la verdad. La prueba de fuego llegó con el verano, sólo me hecho la cera una vez, conseguí irme a la playa con bastante vello, y me reconcilió bastante con mis pelos, al fin y al cabo era la primera vez que se bañaban en el mar.

Ahora mismo estoy bien así, me gustaría conseguir el no imponerme la obligación de depilarme, pero igual me quedo con esta rutina, que al fin y al cabo es sana, ya no tengo la obsesión que tenía antes, voy de vez en cuando, y no lo hago por los demás, lo hago por mi, me depilo para verme bien yo. De todas maneras mi cuerpo ya lleva mucho tiempo sin hormonas, y la cantidad de pelo está aumentando considerablemente, cada vez salen antes, y mis inseguridades vuelven a hacerse fuertes.

Mientras, los anuncios de depilación nos dicen que con pelos no podemos hacer ningún tipo de plan, es una industria aliada al patriarcado. Que no nos aceptemos a nosotras mismas, que no nos queramos, que estemos mal con nuestros cuerpos, que nos demos asco, beneficia al sistema, ya no sólo económicamente (industria psiquiátrica, de la belleza, de la nutrición, etc.), que también, pero parece que si las mujeres estamos preocupadas por nuestros pelos en las ingles, pensamos menos, o nada vaya. Debemos demostrar que si, que es posible el ser mujeres insumisas y perfectamente depiladas, el ser mujeres “completas aunque tengamos pelos, y el depilarnos porque nosotras queramos, no porque la sociedad machista nos lo imponga con sus crueles y reaccionarios cánones de belleza. Para ser mujer, sólo te hace falta sentirte como tal, no tienes que cumplir ninguna característica impuesta por la sociedad machista y superficial.

Este verano me he sentido muy empoderada y muy orgullosa de mi misma, me dan cada vez más igual las miradas, aunque sé que es una lucha y un trabajo continuo posiblemente de por vida.


Las opiniones que se publican no tienen por qué corresponderse con la de nuestra asamblea, pero vemos fundamental que podamos tener un espacio en el que expresarnos. Gracias por querer compartir con nosotras vuestras inquietudes y dar vida con ello a este blog, que tan sólo pretende acercar el feminismo y luchar contra el patriarcado.










5 comentarios:

  1. Lo primero, enhorabuena por tu gran cambio y aceptación :) En muchos aspectos me he visto identificada. Yo pasaba muchísimo, pero muchísimo de la depilación cuando me empezaron a crecer los pelos. Pasé toda mi adolescencia depilándome cuando yo quería, a excepción de las axilas (porque cuando tengo mucho pelo, al sudar huele más y se me enredan con la ropa y tira). Gracias al feminismo, he conseguido ver que si sufría por depilarme, ya entrando en la edad adulta, era porque en el fondo, toda esa propaganda había conseguido meterse en mi cabeza. Y, a pesar de que mis parejas (chicos) no les importó nunca mi vello corporal (curiosamente, a excepción de la vulva), cada vez tenía más miedo de que me viesen con pelos "donde no debía", y era terriblemente estresante. Ahora, de nuevo, solo me depilo cuando yo quiero, que suele ser cuando ya se vuelve incómodo... ¡hasta he salido a la calle muchas veces con pelos en las piernas! Y casi nadie me ha dicho nada, por fortuna (y los que me han dicho algo se han arrepentido, jejeje).

    Te animo muchísimo a que sigas así de bien. Un día conseguiremos todas quitarnos ese lastre de la depilación solo por ser mujeres.
    ¡Mucha suerte con todo! ^^

    ResponderEliminar
  2. Esto está ocurriendo de igual modo en el público masculino y creo que esto está pasando muy desapercibido. En el texto se hace alusión a verte peludo como un "hombre", cito textualmente:
    "Me cogí asco, no me podía mirar a mi misma, parecía un HOMBRE, un OSO, una MARIMACHO."

    A pesar del claro desprestigio al sexo masculino, el cual no comparto, tengo que decir que el hombre actual está cada vez más lejos de esa célebre frase de "el hombre como el oso, cuanto más peludo más hermoso". No hay más que echar un vistazo a los hombres que se ven por televisión y son actualmente referentes de muchos niños como Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Messi y un largo etcétera. Esta gente no tiene un sólo pelo en todo el cuerpo, menos en la cabeza, sino que además están en una forma física que ya nos gustaría a muchos. Y esto está sucediendo. En la calle, no hay más que darse una vuelta por el gimnasio que tengas más cercano y ver una horda de tíos levantado peso perfectamente depilados y mirándo en un espejo sin músculos definidos. Y lo que más miedo me da, cada vez son más jóvenes.

    Con esto quiero decir que tu causa, muy respetable por cierto, no ocurre sólo en el mundo de las mujeres, sino que ese lastre que comenta Cris en el comentario anterior también existe en el mundo de los hombres y está creciendo a un ritmo endiablado.

    Todo esto se resume en una cosa muy sencilla: pasta. Cuanto más te preocupes por tu imagen, más cosas necesitarás comprar y más dinero gastarás.

    El mercado femenino ha sido devorado y maltratado por esta industria (y continúa) hasta un extremo insano por esta tendencia de estar siempre "perfectas", y ahora, que este mercado ya está marcado de por vida, ha girado el foco hacia su nueva víctima: la imagen masculina.

    Este problema es de la sociedad, y lamentablemente, nadie está a salvo.
    Ánimo con tu causa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mira, me parece horrible que digas que en el público masculino está pasando de igual modo. PARA NADA. A los hombres no los miran mal por la calle ni tienen que aguantar comentarios despectivos si no van depilados. Eso no ocurre. Evidentemente, existen unos "cánones de belleza" que nos afectan a todxs ( y desde mi punto de vista no nos afectan por igual para nada), pero de ahí al punto de que consideres que pasa de la misma manera... no pasa y no pasará.

      Eliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Solo diré al comienzo, desarrollo y terminó de mi vida tuve, tengo y tendré el maximo privilegio ver la creación más perfecta: la mujer, sí, ni peluda ni fea ni gorda simplemente la mujer la amo profundamente y me atraen todas, no soy machista ni nada pero es algo natural las deseo a todas, todas tienen su toque especial y eso me encanta, lo amo.

    ResponderEliminar